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Los balseros hacen de las suyas en el Lago


MariaEmilia

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[align=justify]Faltan chalecos salvavidas, los muelles están en mal estado, los patrones de botes y lanchones los sobrecargan con personas y vehículos que hacen el transbordo. Todos estos factores evidencian la ausencia de la autoridad del Estado en Tiquina.

 

Cientos de personas que visitan o realizan alguna actividad comercial en el Santuario de Copacabana, día a día corren el riesgo de sufrir algún accidente al pasar por el estrecho, ubicado entre las poblaciones de San Pedro y San Pablo, que tiene una extensión de 850 metros de ancho y una profundidad de hasta 40 metros. En una visita a la zona, La Razón evidenció que estas irregularidades son recurrentes y que el control es nulo en el puerto.

 

Un reglamento hecho por la Dirección Nacional de Marina Mercante exige a cada una de las capitanías de puerto el control de la seguridad en el traslado de civiles y carga, además de la verificación del buen estado técnico de las lanchas y las barcazas. En este caso, la tarea le corresponde a la Cuarta Capitanía de la Fuerza Naval asentada en Tiquina.

 

La primera irregularidad que evidencia el viajero es que nadie controla el uso de chalecos salvavidas por parte de los pasajeros como de los patrones (conductores) de los botes. “Sólo nos colocamos (los salvavidas) en una marea alta, además los pasajeros dicen que son incómodos y antihigiénicos”, asevera Marcelo Ch. conductor y propietario de tres lanchas.

 

Cada bote tiene capacidad para embarcar entre 14 a 22 pasajeros, sin embargo, en todos los casos sólo se tienen a disposición ocho chalecos que son colgados en la proa del bote. “Hace cinco años, los efectivos de la Naval obligaban a los que operan las barcazas y las lanchas a utilizar los salvavidas.

 

Ahora, ningún oficial y menos un soldado verifica su uso”, explica Cristina Dueri, comerciante asentada en Copacabana. Y la Capitanía lo confirma. “Les hemos dado cursos para que comprendan esa necesidad, sin embargo, ellos asumen que el uso es voluntario”, menciona el teniente de navío de la Capitanía de Tiquina, Elín Andia.

 

El oficial añade que pese a que el estrecho es parte de la carretera La Paz -Copacabana, ninguna lancha cuenta con el seguro contra accidentes SOAT, no obstante, los operadores aportan Bs 2 por día a una de las dos asociaciones de balseros en San Pedro y San Pablo como “cuota por accidente” que sólo les beneficia a ellos y no a los usuarios.

 

Pero también salta a la vista el mal estado de las barcazas. La Razón observó que la totalidad de los 10 lanchones observados, la madera está desgastada y que sus conductores se ven obligados a quitar con recipientes el agua que se filtra sobre su superficie.

 

“Es normal que entre el agua, los tablones son cambiados con frecuencia y no afecta a toda la estructura”, señala Remigio V., operador de una barcaza. Cada uno de estos lanchones puede cargar como máximo 25 toneladas, sin embargo, en ninguno de los muelles, que también son precarios y de madera, se tienen balanzas para hacer un control efectivo del peso.

 

Vehículos livianos y pesados deben subir por turnos a los embarcaderos, hechos con tablones y que por el paso de los años están en mal estado o se han podrido por la humedad y por la acción de las algas.

 

Tuición de la Naval boliviana

 

-La Fuerza Naval es la obligada a realizar inspecciones permanentes a las barcazas y lanchas que operan en el traslado de pasajeros y vehículos en el estrecho de Tiquina.

-Cada barcaza debe contar con un certificado de registro y cada patrón de navío (conductor) debe tener una autorización proporcionada por la Capitanía.

-El certificado debe especificar la capacidad de carga y de pasajeros; y en la autorización se debe establecer los años de experiencia de cada operador.

 

Opiniones

 

Rubén Irusta

‘Los balseros son empresarios que sólo lucran’

Los balseros (sic) de Tiquina, son empresarios que no ven la calidad del servicio, sólo cobran como quieren, nadie les controla. La Naval no hace nada porque reciben su parte de los balseros, es por eso que no los vigilan. ¿Dónde está la autoridad?, si no hacen nada mejor que dejen el control a otros porque sólo así se podrá mejorar el servicio en Tiquina. Además, los balseros de este lugar no tributan al Estado como todos los bolivianos.

 

Nano Fernández

‘Los pasajeros son tratados como bultos’

La gente pide un puente en Tiquina, peor por culpa de los que no quieren tienen que aguantarse cruzando en esas esas barcas y lanchas viejas. No hay seguridad y hay maltrato a los pasajeros que son tratados como bultos. Los barqueros sólo sirven para cobrarnos, no tributan. Son empresarios que tienen lanchas, barcazas y minibuses. Los que trabajan son operarios inexpertos y en muchos casos adolescentes que imponen su criterio a los usuarios.

 

Marcelo Vargas

‘A los lancheros no les importa la seguridad’

Es normal que los balseros introduzcan hasta tres vehículos en sus barcazas sin importarles la distribución del peso o la exageración del mismo. A partir de las 16.00 de todos los fines de semana, los pasajeros nos vemos obligados a meter tres vehículos, caso contrario no nos dejan pasar. Obviamente, el pasaje no rebaja ni en 10 centavos, cada motorizado paga los Bs 40 que cobran y ni qué decir de los camiones que deben pagar más de Bs 200.

 

El agua entra a los botes

Los pilotos de las barcazas, donde se transportan motorizados (camiones y buses y minibuses de servicio público, entre otros) y otro tipo de carga de un lado al otro del estrecho de Tiquina tienen que sacar durante el trayecto el agua que penetra por entre los maderos para evitar el sobrepeso en la estructura. La superficie de cada barcaza es de tablones que deben ser cambiados cada seis meses debido a que se debilitan o pudren por acción del agua.

 

Reciclado de tablones

Los tablones de barcazas y muelles son reparados a partir de otros que están en desuso o se han podrido. Esta irregularidad no es controlada por la Cuarta Capitanía de la Fuerza Naval asentada en Tiquina que debe inspeccionar cada navío por lo menos una vez al año. La reparación se hace con planchas de metal (foto) o tablas que se fijan a los maderos viejos o podridos. También se usan como base para los malecones del estrecho de Tiquina.

 

Motores que se apagan

La Razón observó que los motores de cinco de diez barcazas y lanchas observadas se pararon en medio trayecto. Hay casos en los que los operadores deben utilizar timones de madera en busca de algún muelle cercano para reparar la nave. El problema se agrava cuando el aparato se paraliza en la mitad del estrecho y no se puede encender. Estos casos se producen por la falta de mantenimiento de los motores que son afectados por el ingreso de agua.

 

Muelles en pésimo estado

En el estrecho de Tiquina hay al menos 20 muelles precarios hechos con tablones de madera, que sirven para que decenas de motorizados de diverso tonelaje puedan ingresar a las barcazas. Estas estructuras se alzan sobre piedras colocadas sin ningún tipo de refuerzo de concreto o cemento, lo que las hace frágiles y peligrosas. En ningún malecón existen balanzas para pesar la carga y sólo se calcula el volumen de cada vehículo.[/align]

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